Los 23 alumnos que tenía a su cargo Jordi Borguñó Clua con tan solo 16 años en el Colegio del Sagrado Corazón de la calle Encarnación del barrio de Gracia |
Jordi Borguñó Clua, el hijo mayos de Agustí Borguñó Pla, curso todos sus estudios en Barcelona en la escuela de los jesuitas de la calle Caspe. Pero la relación que Jordi Borguñó tuvo con los Jesuitas fue mucho mas allá de asistir a las clases como alumno. Jordi Borguñó desde los seis años se estuvo leventando todos los días del año a las 5 de la madrugada para realizar las funciones de monaguillo en la primera misa del día, la de las seis de la mañana. Podríamos decir que los jesuitas de Caspe fue el segundo hogar de Jordi Borguñó Clua. Durante todos estos años de estudiante, cantante de la coral y monaguillo, Jordi Borguñó Clua fue muy apreciado en toda la congregación.
Pero con la llegada de la Guerra Civil su padre que ya tenía una avanzada edad se quedó sin trabajo y las cosas en la familia Borguñó cambiaron por completo. El padre de Jordi, Agustí Borguñó Pla habia trabajado toda su vida dirigiendo comercios de venta de partituras e instrumentos musicales. Por culpa de la guerra civil todos los comercios de Barcelona dedicados al negocio musical tuvieron que cerrar. Cuando nosotros eramos pequeños, recordamos que nuestro abuelo, Agustí Borguñó Pla, nos contaba que la guerra y la música son incompatibles. Al estallar la guerra, se dejaron de vender partituras y de alquilar instrumentos. Todos los barceloneses que tenían a la música como medio de subsistencia, se quedaron sin trabajo. Y Agustí Borguñó Pla fue uno de ellos.
Los Jesuitas de Caspe conscientes de la precaria situación de la familia Borguñó en aquel momento, siempre estuvieron ayudando y jamas la abandonaron. La relación de la familia con el centro siempre fue excelente y durante la guerra, nuestra yaya Filomena esposa de Agustí, trabajó como costurera confeccionando las sotanas de los sacerdotes y las casacas de los componentes de la Escolania de Caspe.
Cuando Jordi finalizó sus estudios básicos en los jesuitas de la calle Caspe, los propios padres jesuitas le proporcionaron un trabajo muy poco habitual para los 16 años que entonces Jordi tenía. Fue nombrado profesor en una escuela que los jesuitas tenían en el barrio de Gracia. En plena post-guerra la falta de personal docente en Barcelona, provocó que Jordi Borguñó pudiera tener su primer trabajo. En la foto con la que hemos iniciado este articulo, lo vemos rodeado por sus primeros 23 alumnos. Unos alumnos que en su tierna edad acababan de sobrevivir una cruel guerra civil.
Otra copia mucho mas deteriorada por el paso del tiempo donde vemos a este joven maestro catalán de la post-guerra con solamente 16 años, rodeado por sus alumnos: Jordi Borguñó Clua |
Desde temprana edad Jordi Borguñó se interesó por aquella energía que habia logrado aportar tantos nuevos y espectaculares avances a la vida cotidiana española. Desde pequeño la electrónica le atrajo en gran medida y a los 9 años su habitación ya parecía "el laboratorio de la electricidad". Siempre se ha contado en casa que cuando tenia algunos céntimos, siempre iba a los Encantes Viejos a comprar alguna herramienta para ir equipando un pequeño taller en su habitación del piso donde la familia Borguñó vivía. Hay que tener presente que por aquellos años tener conocimientos de electricidad era poco habitual y mucho menos aún en un chaval que aun no tenia 10 años.
Otra anécdota familiar de este enamorado de la electricidad: En su habitación cuando sonaba el despertador a las 5 de la mañana para hacer de monaguillo a la misa de 6, se le encendía automáticamente la luz de la estancia y empezaba a sonar la música de un disco de piedra de su viejo gramófono de "tercera mano".
Asi que en octubre de 1944 se matriculó al curso nocturno de electrónica que Escuela Radio impartía en sus dependencias de la calle Pelayo de Barcelona. Asi empezó aquel apasionado de la electricidad a estudiar su autentica pasión y a introducirse en el sector electrico catalán. Un año despues, 1945, ya reparaba los primeros aparatos de radio averiados. Los primeros comercios barceloneses que vendian aparatos de radio, carecían de servicio técnico de reparación. El joven Borguñó se percato de inmediato de como podia aprovechar los conocimientos adquiridos en los cursos nocturnos de Escuela Radio.
Esta fue su primera actividad profesional relacionada con la electrónica. Con su vieja bicicleta recorría el centro de la Ciudad Condal e iba recogiendo las radios averiadas de aquellos primeros comercios dedicados a la venta de aparatos radiofónicos. Las radios las reparaba en su pequeño taller de casa y una vez arregladas, las devolvía pedaleando su vehiculo de reparto. Podríamos considerar a aquellos comercios como su "primera cartera de clientes".
Asi que en octubre de 1944 se matriculó al curso nocturno de electrónica que Escuela Radio impartía en sus dependencias de la calle Pelayo de Barcelona. Asi empezó aquel apasionado de la electricidad a estudiar su autentica pasión y a introducirse en el sector electrico catalán. Un año despues, 1945, ya reparaba los primeros aparatos de radio averiados. Los primeros comercios barceloneses que vendian aparatos de radio, carecían de servicio técnico de reparación. El joven Borguñó se percato de inmediato de como podia aprovechar los conocimientos adquiridos en los cursos nocturnos de Escuela Radio.
Esta fue su primera actividad profesional relacionada con la electrónica. Con su vieja bicicleta recorría el centro de la Ciudad Condal e iba recogiendo las radios averiadas de aquellos primeros comercios dedicados a la venta de aparatos radiofónicos. Las radios las reparaba en su pequeño taller de casa y una vez arregladas, las devolvía pedaleando su vehiculo de reparto. Podríamos considerar a aquellos comercios como su "primera cartera de clientes".
No debió saltarse muchas clases, ni dejar de estudiar los exámenes de Escuela Radio, porque Jordi Borguñó se introdujo en la electrónica catalana de forma muy rápida, sin perder el tiempo. Buena muestra de ello es el segundo carnet que compartimos. Solo habían pasado 5 años y Jordi Borguñó ya se habia metido "en el ajo" de las ondas y partículas eléctricas catalanas. Se trata del documento de la ANCAR (Asociación Nacional de Constructores de Aparatos de Radio y Anexos), que acredita que Jorge Borguñó Clua era socio de la empresa de electrónica JORGE CAMPRODON GUELL. Esta fechado en noviembre del 1949, no esta nada mal para haber empezado de 0. Habían pasado solamente 5 años que Jordi Borguñó estudiaba "el electrón" y ya era socio de una empresa que fabricaba radios.
Nos sentimos mas que orgullosos de nuestro padre, 1000 puntos y sube bonus !!!
Gracias, Papa.
1949.- El carnet con el que Jordi Borguñó empezó a abrirse camino dentro del mundo de su tan querida electrónica. |
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