domingo, 26 de julio de 2015

"El triunfo del snobismo", artículo del maestro Borguño para La Tarde

El artículo que hoy compartimos fue escrito por mi querido tío-abuelo para el diario La Tarde y pùblicado el 30 de marzo de 1950 dentro de la sección "Jueves musicales de La Tarde".


El triunfo del "snobismo"

Por Manuel Borguñó director del Instituto Musical de Pedagogía

Los que desean triunfar en el verdadero arte, como en todo, Han de luchar denodada mente y lo habitual es que, de alcanzar sus propósitos, el triunfo haya precedido de numerosos fracasos y decepciones, lo que constituye la máxima garantía de su solidez y estabilidad.

En cambio, los artistas que siguiendo las huellas ya excesivamente trilladas van en pos del éxito fácil y lo consiguen, generalmente han de sostener su prestigio sumergidos en un ambiente vulgar y versátil. Sus triunfos son efímeros y si no los renuevan constantemente, pronto sus nombres y sus obras caen en el vacío del olvido.
Bach

No se crea, por esto, que el mayor obstáculo que se interpone en el camino de los innovadores elegidos por la Providencia para surcar nuevas rutas en la evolución del arte y de la cultura sea la indiferencia de los aficionados deslumbrados por sus falsos ídolos, los monopolizadores del éxito fácil. Ni tampoco se piense que el mayor obstáculo para el progreso del arte sea la apatía de la masa ni el marasmo del Estado. Claro que ambos son factores fundamentales, cuya colaboración facilita extraordinariamente el desarrollo progresivo de la cultura artística, pero no debe olvidarse que jamás los elegidos fueron exigentes en cuanto al número de sus seguidores y protectores. Se sintieron siempre satisfechos sembrando la semilla de sus ideales en el corazón y la inteligencia de una minoría de leales escogidos, y muchos genios del arte fracasaron y pasaron por la vida como una sombra, sin dejar rastro de su obra, por no haber logrado crear su cenáculo de entusiastas seguidores. Por ello, muy cerca estuvieron Bach y Cesar Frank, entre muchos otros, de pasar por el mundo desapercibidos, sobretodo el primero.

Afortunadamente, una reducida élite de alumnos alumbraron los últimos años de la vida de Cesar Frank rodeándole de la aureola y prestigio que merecía, lo cual fue sumamente fecundo para la música. De no ser ellos, Frank hubiera pasado poco menos que desapercibido y por una rara coincidencia, Bach y Frank fueron los dos grandes maestros que mas solida influencia ejercieron en la evolución del arte musical moderno.

No, no es la apatía de la masa ni la versatilidad del falso ambiente  lo que principalmente perturba la evolución progresiva de la música, sino el elemento conocido por la voz inglesa "snob" introducido entre la minoría musical culta y que bajo la capa de un barniz de cultura cuyo falso brillo atrae a muchos profesionales y filarmónicos de convenciones débiles, fueron siempre los que contribuyeron en menos escala a desviar la lógica evolución del arte.

Cesar Frank
Dios nos libre de un snob documentado. No hay nada peor. Ante un wagneriano se siente rabiosamente entusiasta de Debussy, para luego al estar con un admirador de este último, se declara ferviente admirador de Schonberg. En realidad se trata de sujetos de alma deformada, insensibles a la emoción, que pasan del elogio al mas cruel e injusta censura. De los conciertos que oyen, solo les queda en la memoria la nota fallada y su mayor satisfacción trata de que han sido los únicos en notarlo. Entienden de música, pero no la sienten ni la comprenden. Ellos fueron los que precipitaron el fin trágico de Bizet y los que principalmente contribuyeron a retardar el triunfo de los grandes maestros de la música, cuyo genio a muchos les fue concedido cuando ya se hallaban en la vejez, como el caso de Frank, pasando a la inmortalidad después de una vida llena de desdenes, humillaciones y desengaños.

Cuando se producen dos rivales en el arte, como con Gluck y Piccini, siempre los elogios de los snobs van dirigidos hacia el vencedor mas probable, al cual y a la larga, siempre perjudican. Los amigos de Debussy, el mas genial innovador de procedimientos e ideas de los últimos tiempos, se indignaban ante los fantásticos ditirambos de los críticos snobs que antes le habían combatido.

Nunca los snobs protegen al verdadero genio cuando este se halla en el momento mas comprometido y fragoso de la lucha para hacerse comprender. En cambio les vemos con frecuencia descubriendo "valores nuevos" en jóvenes extraviados, no exentos de genio, que apenas elevados caen en el abismo del olvido mas absoluto.

Cesar Frank triunfó cuando excedía los 60 años y a Bach lo descubrió Mozart primero y lo divulgaron los románticos un siglo más tarde.

Berlioz lucho ferozmente para obtener el annhelado Premio de Roma y después de haber alcanzado con una obra sublime un galardón suplementario. Al año siguiente con una obra mediocre, escrita esproceso, alcanzo el tan esperado y codiciado Premio.

Ello demuestra que no todos los snobs pretenden situarse en la vanguardia del movimiento musical y que abundan tambien los que sintiéndose fieles guardianes de la tradición y el clasicismo se sublevan contra todo atrevimiento que perturbe lo establecido.

De cualquier modo a los snobs documentados (no vale la pena tratar de los indocumentados), se les puede calificar de míseros materialistas del arte. Apenas nacidos se les secaron las fuentes de la emoción. Corrientemente los snobs presuntos amantes del pasado, todo lo reducen a un simple razonamiento matemático y los que blasonan de vanguardistas, se dedican a idear fantásticos jeroglíficos con toda suerte de cifras, piruetas y malabarismos cerebrales.

Lo repito, ellos y no la masa apática ni el marasmo mas o menos proverbial de las autoridades, son los que contribuyen al retardo del triunfo de los más grandes maestros y de los más nobles ideales. Haendel, Beethoven, Gluck, Berliotz, Wagner etc. todos conocieron las amarguras de la incomprensión mas lamentable y los trallazos de la crítica más injusta y despiadada.

Ello, ciertamente, en el balance de la civilización, constituirá una nota triste muy significativa, y aunque la historia se modela a la medida y gusto de cada país, interpretándola cada bandera e incluso, cada individuo a su manera, nadie podrá borrar de ella el hecho doloroso de una Francia dejando morir en la indigencia más desoladora al Berlioz que hoy venera y que tanto la amo. También de una Alemania que contempló indiferente la estrechez de vida de un inmenso Bach, negando incluso después de su muerte, la pensión que su viuda por derecho le correspondía. Y solo menciono las dos naciones mas representativas del movimiento musical moderno.

A la voz inglesa "snob" que en este siglo tanto se ha difundido, si el mundo sobrevive al caos presente, ¿ no le va a corresponder el honor de convertirse en el exponente mas representativo de lo que ha sido nuestra civilización? Esta ¿no será conocida por las civilizaciones futuras, muy peores si cabe, por la civilización del snobismo?

Manel Borguñó Pla
30 de marzo de 1960
Santa Cruz de Tenerife

El maestro Manel Borguñó en el memorable concierto que realizó en el
Palau de la Música el 9 de mayo de 1923


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