domingo, 5 de junio de 2016

Las leyendas de los Borguñó: Guido de Borgoña y la Princesa Floripes


No todas las familias tienen una leyenda en su patrimonio. En la familia Borguñó siempre hemos estado orgullosos de la leyenda que acompaña a uno de nuestros primeros antepasados por que está directamente relacionada con el gran Emperador Carlomagno. Nos referimos a Guido de Borgoña y sus aventuras guerreras y amorosas cuando formó parte de los 12 Pares de Francia que el Emperador envió a España para combatir a los musulmanes invasores.

Las aventuras de Guido de Borgoña están relatadas en uno de los libros más editados en Europa, gracias a la invención de la imprenta. Actualmente en la familia Borguñó de Barcelona conservamos una de estos ejemplares, que ya compartimos en un anterior artículo. Su largo y explícito título ya indicaba al lector de que tipo de obra se trataba:
"Historia del Emperador Carlomagno, en la que se trata de las grandes proezas y hazañas de los Doce Pares de Francia y de como fueron vendidos por el traidor Ganalón y de la cruda batalla, que hubo con Fierabrás, Rey de Alexandría, hijo del Almirante Balán".


La edición de la obra, que la familia Borguñó conserva, esta impresa en Barcelona por el conocido impresor local Antonio Arroque. La versión original de esta obra se escribió en lengua francesa y la traducción en Romance Castellano para esta impresión fue efectuada por Nicolás de Piamonte.

En esta edición después del Prólogo, se incluye una aclaración histórica extraída de las Historias Troyanas que esta firmada por Don Franciscus de Pons el 22 de noviembre de 1666. En esta nota histórica se detallan el nombre de los siete primeros reyes que fueron reinando en Francia, tras la muerte del Rey Francus.

El final de la nota histórica redactada por Don Franciscus de Pons
el 22 de noviembre de 1666

La obra se compone de un total de 79 capítulos y el título del primer capítulo ya incluye la mención de nuestro apellido: "Como el Rey Clovis, siendo pagano, hubo por mujer a Clotildis, hija del Rey de Borgoña".

En este primer título, se aprecia como debajo del Rey de Borgoña, está escrito en catalán con pluma y tinta ocre: "En nom de Deu" (En nombre de Dios).

Detalle del lugar donde uno de nuestros antepasados escribió:
"En nom de Deu"
En este libro de caballerías y aventuras reales encontramos, con el nombre de Borgoña tres capítulos más. Son dos capítulos consecutivos (capítulos 39 y 40) dedicados a las aventuras de Guido de Borgoña y uno posterior (capítulo 57) en donde Guido se casa con la princesa Floripes.

Los capítulos 39 y 40 tratan de como Guido es preso por los enemigos y de
como los Cavalleros Cristianos lo liberaron

Capítulo 57 donde Guido se casa con la Princesa Floripes.
Según la historia que cuenta este libro de la vida de Carlomagno, las hazañas de Guido de Borgoña en territorio español se realizaron en la parte Norte de la península Ibérica. Sin embargo, la famosa leyenda del romance entre Guido de Borgoña y la Princesa Floripes transcurre en un decorado mas sureño situado en Extremadura. Un decorado que en la actualidad está totalmente inundado por un enorme pantano, el pantano de Alcántara.


La Torre de Floripes inundada por el Pantano de Alcántara

Nos complace compartir la magnífica explicación sobre esta leyenda y esta torre escrita por nuestros amigos del galeón.



LA TORRE DE FLORIPES
Después del desastre de Guadalete (batalla que dio comienzo a la invasión de los árabes en España), gran parte de los derrotados intentaron concentrarse en Mérida, céntrica y amurallada ciudad hispano-goda. Muza (gobernador árabe que planeó la conquista de España), consciente de su importancia, él mismo la tomó por la fuerza el 30 de junio del año 713.
Desde allí, llamando a su lugarteniente Tarik, que se le incorporó en Almaraz, avanzó con su ejército y cruzó el Tajo por Alconétar. Pronto se dio cuenta el caudillo bereber de la importancia de este lugar.
Alconétar era un puente romano de 250 metros de longitud. Tenía 13 arcos desiguales, sostenidos por pilastras de casi 7 metros de largo por más de 4 de espesor.Constituía el paso obligado de la famosa Vía de la Plata, de 200 kilómetros, que recorría todo el oeste de España. Su grandeza definitiva se debió a Trajano, Emperador romano, español de nacimiento. En su trayecto desde Mérida hasta Astorga, en suelo extremeño, se asentaban ciudades tan importantes como Ad Sorores, Castra Coecilia, Turmulus, Rusticana, Capara y Cecilius Vicus.
Turmulus estaba en las inmediaciones de Alconétar, inmediatamente después de la unión del Almonte con el Tajo.
Cuando los berberiscos se instalaron en Alconétar, reconstruyeron el fuerte, dotándolo de gruesos muros, torres esbeltas y amplios recintos. Circundada, además, por los dos ríos la convirtieron en una fortaleza inexpugnable. Reconquistada en el siglo XII, fue entregada a los Caballeros del Templo, quienes mejoraron su fábrica. Se concedió un tratamiento especial a su torre principal, la llamada en la actualidad “Torre de Floripes”. Se aprovecharon para ello los sillares romanos, y tenía una entrada principal a 5 metros del suelo, siendo necesaria la escalera de mano para penetrar en su interior. Esta hermosa torre es lo que aún queda de aquella pasada grandeza. Al construirse el pantano de Alcántara, los restos del puente romano se han trasladado más arriba. Pero la torre no ha sido removida de su primitivo emplazamiento.
Parece como si la torre tuviera sentimientos y se resistiera a morir, y cuando se yergue sobre el remanso tranquilo, está recordando hoy más que nunca su pasada leyenda. Carlomagno, el Emperador cristiano de Occidente entre los años 742 y 844, coincide y choca en sus ansias de grandeza con la de los musulmanes de España.Para frenar el poderío islámico, realiza frecuentes correrías por la España musulmana. Sus mejores caballeros, los famosos Pares de Francia, dejaron constancia de su entereza, y vendieron caras sus derrotas.Estos caballeros franceses llegaron incluso a tierras de Extremadura, y en Alconétar se encontraron con otros guerreros, valientes y celosos defensores del Islam. Era señor del castillo el famoso Fierabrás, Rey de Alejandría, que disputaba a Carlomagno el imperio del mundo.
Había conquistado aquella fortaleza uno de sus valientes capitanes, llamado Mantible y, en su honor, el puente romano se llamó desde entonces “Puente de Mantible”. Fierabrás llevaba siempre en su compañía a su hermana Floripes, bellísima princesa y, al mismo tiempo, uno de los capitanes más valerosos de su guardia personal. Era esto un motivo para que Fierabrás la retuviera siempre en su compañía, porque estaba perdidamente enamorado de ella, a pesar de ser su hermana. Era un hecho aceptado sin escándalo entre los seguidores de Mahoma.Mas la gentil agarena (morisca) despreciaba con arrogancia las insinuaciones amorosas de su hermano. Ella, a su vez, estaba locamente enamorada de uno de los esforzados y esclarecidos paladines de la corte francesa, Guido de Borgoña. Lo había conocido en mil batallas y entregado su corazón por entero.
Fierabrás lo ignoraba, pero quiso la suerte que Guido fuera herido y cayera prisionero junto con otros caballeros franceses. El Muslím los retuvo junto a sí y los guardaba en su compañía. Esta circunstancia fue aprovechada por Floripes para demostrar su amor al caballero cristiano. Pero el celoso hermano descubre aquellas relaciones amorosas e irritado y colérico mandó que todos los caballeros franceses fueran encerrados en los más oscuros calabozos del castillo del Puente de Mantible.
La custodia se encomendó al fiero Alcaide de la fortaleza, el hercúleo Brutamonte, con órdenes expresas de que permanecieran allí hasta su muerte.
Enterada Floripes del paradero de su amado, acompañada de tres de sus camaristas y sobre los más briosos corceles del ejército, huye hacia el Tajo, en busca de Guido.Llegan cerca de la torre en una noche oscura y cerrada, iluminadas a duras penas por las teas que ellas mismas se habían fabricado.
Al pie de la fortaleza, la capitana aguerrida grita imperiosa: -“¡Ah de la torre!” Brutamonte les responde: -“¡Quién va!” Ella vuelve a gritar: -“¡Tan cambiada estoy, que no me conoces! ¡Soy mujer y soy conocida!” La voz le resulta familiar, pero quiere ratificar lo que ha escuchado. Baja a la poterna y reconoce con sorpresa, pero con claridad, que se trata de la hermana de su Señor. Confiado, abre la puerta en el instante mismo en que la princesa, como un felino, salta sobre el alcaide y le hunde su daga en lo más profundo del corazón. Se arroja intrépida sobre el cadáver, le quita las llaves de las mazmorras, abre las puertas y saca de lo profundo a Guido y a los caballeros franceses, y con celeridad intentan todos tomar las armas y caballos para huir a Francia. Temían alguna reacción de Fierabrás.
No se equivocaron. El agareno había notado la ausencia de su hermana. Entonces él mismo con sus mejores caballeros se dirige al castillo, sospechoso de lo que estaba sucediendo.
Al llegar, comprende lo que pasa, pues en el cadáver tirado a la puerta ha reconocido la daga personal de su hermana. Pero la fortaleza está cerrada con los caballeros franceses en su interior, será difícil asaltarla. Por ello ordena la venida de su ejército y rodea el lugar convencido de que el hambre es la única forma de rendirlos. Este brutal propósito llevado a la práctica supone para los sitiados el agotamiento de sus provisiones. Lentamente, pero con seguridad, están avocados a un final estremecedor. Antes, pues, de capitular toman una determinación heroica: avisar al Emperador Carlomagno y pedir auxilio. Sortean entre todos para ver a quién corresponde llevar la noticia y, fatalmente, recae sobre Guido. ¡Suerte infeliz y extraña!
La empresa era harto difícil, porque había que salvar los campamentos del enemigo. Sin embargo, los sufrimientos y lágrimas de los que quedaban con la valentía y arrojo del que marchaba, hicieron posible la empresa y propiciaron un final dichoso.
Carlomagno manda sus soldados. Vence a Fierabrás. Malherido, lo hace prisionero. Libera a los heroicos defensores. Y entrega la mano de Guido de Borgoña a su amada Floripes, volviendo vengador victorioso a su imperio de la Galia. Pero al retirarse, como buen francés, quiso dejar un cruel recuerdo de su presencia en aquellas tierras: destruyó el puente para estorbar la vuelta de los africanos. Sin embargo, la historia no termina así. Fierabrás murió desesperado, llorando la pérdida de su señorío. Alá lo ha condenado a vagar errante por las inmediaciones de la Torre de Mantible. Aún hoy sus gritos y lamentos se oyen en las cercanías. Y cuando el agua del pantano se atreve a anegar la torre, a su alrededor se forma un halo misterioso, una especie de remolino, por donde respiran los espíritus condenados de Fierabrás y Brutamonte.
Esta es la historia mágica de una leyenda, que ha merecido los más altos honores dentro y fuera de España.
Hasta aqui este magnífico relato de La Torre de Floripes extraído del magnífico blog del Galeón.

La leyenda de los remolinos de agua alrededor de la torre, ha sido corroborada en la actualidad por muchos habitantes de los alrededores del pantano. Son muchos testigos que cuentan haber visto remolinos de agua junto a la torre inundada por el Pantano de Alcántara. Como podéis ver en la foto de la izquierda, los remolinos junto a la torre han podido ser fotografiados. Pero en esta ocasión parece ser que los remolinos detectados tienen una explicación lógica.

Buceadores aficionados que frecuentan la zona afirman ver visto un enorme ejemplar de pez gato que sobrepasa los 120cm de longitud. Se trata de una especie no autóctona y muy invasiva de la familia de los siluros llamada Channel Catfish. Es un terrible depredador que está acabando con las demás especies. Es aquello de que el pez grande se come siempre al chico, salvo que en esta ocasión el pez grande es un extranjero que se ha colado en el pantano de Alcántara sin tener sus "papeles en regla".

En este curioso vídeo podemos observar como es esta torre cuando el nivel del pantano decrece por completo.

Pero como decíamos al empezar este artículo, todo es una pura leyenda de caballeros, princesas y castillos. Según el Cantar de Roldán, los doce Pares de Francia murieron en Roncesvalles, pero esto ya es "otro cantar".

PAZ
Familia Borguñó
Batalla de Roncesvalles

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