La primera mitad de la vida del maestro Manuel Borguñó Pla estuvo plagada de traslados y mudanzas pues por una razón u otra fue cambiando constantemente de lugar de residencia. Y la ciudad aragonesa de Graus fue uno de estos lugares en donde Borguñó y su familia residieron. En todos los lugares por donde el maestro paso, un orfeón o una coral fundó y Graus no podía ser de menos.
Manuel Borguñó como hijo primogénito que era, fue desplazado al norte de Africa durante la contienda que España mantuvo con Marruecos. Allí sirvió en el ejercito como conductor de ambulancias y durante su estancia africana se contagio con unas extrañas fiebres que le afectarían de por vida. Cuando regreso enfermo de las fiebres a Barcelona, los médicos le aconsejaron que se trasladara a un lugar seco y elevado. Consideraban que el clima mediterráneo de la ciudad barcelonesa le era muy perjudicial y ante las extrañas fiebres que padecía, prefirieron "cambiarlo de aires". El lugar seleccionado fue Graus.
Merçe Sabater y Manel Borguñó , un feliz matrimonio.
En la parte inferior derecha podemos ver el nombre de la casa de fotografías
en donde posó la pareja para la foto: Aguilar de Graus.
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El maestro se traslado con su familia al Pirineo Aragonés y se instaló en Graus en busca de una mejora de su enfermedad. Y como era de esperar no perdió el tiempo y al cabo de unos meses mas de 100 habitantes de la localidad ya estaban cantando en el Orfeón recién fundado por un apasionado al canto y al calor humano que iba fundando orfeones por donde pasaba. Ahora ya han pasado cien años de todas aquellas aventuras aragonesas del maestro Borguñó que el siempre nos estuvo contando que fueron intensas y apasionantes. Fueron muchos los retos que el maestro tuvo que superar en aquella etapa de su vida y algunas de las experiencias vividas en Graus quedaron mas que grabadas en el matrimonio Borguñó. En Graus Manel y Merçe perdieron y enterraron a uno de sus hijos con tan solo un año de edad,... y experiencias de este tipo no se olvidan nunca mas.
Nos complace compartir alguna de las postales que el Maestro envió desde Graus a su hermano pequeño Agustí de Barcelona
Una hermosa postal enviada desde Graus por el maestro Borguñó a su hermano de Barcelona en 1917 |
El mata sellos y la dirección de envió, no deja lugar a dudas, el hermano mayor estaba en Graus y el pequeño en Barcelona |
La mayoría de las postales que el maestro Borguñó envió a su hermano, fueron enviadas a la tienda de música de donde Agustí Borguñó Pla era director en la Plaza Cataluña de Barcelona. La tienda propiedad de Romulo Maristany se conocía popularmente con el nombre de "Casa Maristany".
Gracias a que fue publicado en El Ribagorzano nos ha llegado de forma integra a nuestros días uno de los memorables discursos que el maestro Borguñó solía pronunciar en fechas y fiestas señaladas. En este discurso pronunciado el 14 de septiembre de 1914 en una velada musical, el maestro muestra su plan de trabajo para conseguir llevar al Orfeón de Graus a lo mas alto del panorama nacional. Reproducimos de forma integra el discurso del maestro Borguñó tal y como fue publicado días después por El Ribagorzano:
Gracias a que fue publicado en El Ribagorzano nos ha llegado de forma integra a nuestros días uno de los memorables discursos que el maestro Borguñó solía pronunciar en fechas y fiestas señaladas. En este discurso pronunciado el 14 de septiembre de 1914 en una velada musical, el maestro muestra su plan de trabajo para conseguir llevar al Orfeón de Graus a lo mas alto del panorama nacional. Reproducimos de forma integra el discurso del maestro Borguñó tal y como fue publicado días después por El Ribagorzano:
El 14 de septiembre, durante la velada musical, Manuel Borguñó dijo estas palabras:
"Para no cansar la atención del distinguido público Gradense no quise el otro día extenderme en consideraciones que se deben tener en cuenta para la vida y prosperidad del Orfeón.
En los tres meses que este floreciente orfeón tiene de vida, ha superado en sus progresos a todo cuanto se podía esperar; pues me atrevo a calificar de caso único el haber dado en tan corto tiempo un concierto que ya tiene importancia. Esto me da el convencimiento de que con el entusiasmo de todos podamos llegar a donde han llegado los más grandes orfeones.
Si Gloria y honra es para una ciudad importante tener un orfeón completo, ¿que no se dirá de culta villa que da vida a una obra de cultura al parecer solo reservada a las grandes ciudades? El orfeón dará a Graus muchos días de gloria y será un laurel más a los muchos tiene conquistados y que dan renombre a esta villa.
El orfeón es obra de todos, a la formación artística del mismo contribuimos todos por igual los ejecutantes con su talento y abnegación, los protectores con su patrocinio, por lo tanto es una obra completamente popular, una corona que todos por igual habremos tejido para Graus.
Yo creo precisamente que una obra de esta índole puede recibir más impulso en una población pequeña que en una ciudad, por la sencilla razón de que en una ciudad otras distracciones, a veces malsanas, convierten en tarea difícil todo intento de regeneración artística.
Si estas instituciones solo se encuentran en las ciudades, es porque en ellas residen los llamados a dirigirlas y darles impulso.
Lo que algunos hace unos meses daban por irrealizable, se ha realizado, ya tenemos un buen nutrido orfeón compuesto de señoritas e individuos, de todas las matices sin distinción de clases y esto por si solo es un triunfo y dice mucho en favor de la cultura de esta villa, como quizá otra no se encontraría, pues en aras del arte del enaltecimiento de Graus, han prescindido de las naturales diferencias personales y políticas, para esta obra de cultura.
La obra educadora del orfeón a medida que vaya progresando se extenderá implantando otros medios instructivos.
En el invierno al calor de la estufa que nos lo hará agradable, nos dedicaremos al solfeo y formación de las voces con lo cual nos iremos preparando para poder presentarnos ante el público selecto de las ciudades. En el año próximo podríamos visitar Barcelona y Huesca.
En Barcelona recibí excelentes impresiones y en el Centro Aragonés hay especial interés en que sea el Orfeón de Graus, quien inaugure el nuevo gran edificio casa de Aragón que están construyendo.
No se necesita ser muy lince para que deduciendo de lo que se ha hecho hasta ahora, se saca el convencimiento de que nuestro orfeón, si en él se mantiene la disciplina que voluntariamente nos hemos impuesto todos, no es aventurado asegurar que obtendremos ruidosos éxitos.
Creo no está demás hacer notar que en las excursiones que se darán fuera de Graus las señoritas irán debidamente acompañadas por personas de sus respectivas familias.
Pasadas las ferias, que ya no iremos tan apresurados, dedicaremos también algún estudio a la música religiosa contemporánea con preferencia la de los grandes clásicos maestros del siglo XVII y XVIII.
Aprenderemos otras canciones populares aragonesas debidamente armonizadas con las que tendremos asegurado el éxito donde vayamos.
Estoy contento y agradecido pues hemos empezado en la época más crítica, de más trabajo y todos han respondido, y a este entusiasmo se debe el que en tan corto tiempo hayamos conseguido lo que otros no consiguen en un año.
Estoy también agradecido a los socios protectores y a las autoridades civil, militar y eclesiástica, que nos han mandado su adhesión con gratas palabras de aliento para la obra que todos hemos emprendido.
Y por último los estatutos de nuestro orfeón previenen de un modo terminante la eliminación absoluta de esta entidad en todo asunto político.
Que así será yo lo garantizo. Pues desde el primer día que tuve el honor de ponerme frente al orfeón, se ha cumplido exactamente lo que en este caso prohibe. Nada de política: mucho de arte y de instrucción que esto nos dará gloria y honor.
Y no quiero terminar sin hacer constar ante vosotros mi más profunda gratitud a este noble pueblo que ya lo considero también mío porque a él me vinculan dos perdurables motivos.
Es el uno, las atenciones y cariños que de los gradenses he recibido a poco de pisar este simpático pueblo aragonés y en especial en momentos que la desgracia me hizo ver vuestra grandeza de alma.
Y es el otro motivo que ya me ha unido a Graus para siempre, el que su tierra me guarda un pedazo de mi corazón.
Gracias por todo y secundad mi obra para el enaltecimiento de Graus.
He dicho.
El señor Borguñó recibió una entusiasta ovación del auditorio que le aclamó al finar su discurso."
El Ribagorzano, 30 de septiembre de 1914.
En el anterior discurso el maestro ya anunciaba la posibilidad de presentarse en Barcelona con el recién creado Orfeón. Y no paso mucho tiempo en hacerse realidad, viajando a Barcelona y cantando nada menos que en el Palau. En tiempo récord el maestro presento el Orfeón de Graus en el Palau de la Música y unos 150 aragoneses de Graus, sin ninguna otra anterior experiencia coral, dejaron boquiabierta a toda la Ciudad Condal !!!
Portada del programa impreso para promocionar el concierto de la presentación del Orfeón de Graus |
El extenso y variado programa que el maestro Borguñó ideo para conquistar el Palau con el Orfeón de Graus |
En el programa oficial del día del concierto, a pesar de estar formado por 8 paginas, estos dos interesantes artículos no fueron incluidos |
Si alguien tenia alguna duda del método de canto del maestro Borguñó, aquel 14 de octubre le debió quedar disipada. Pero se ve que los que en aquella epoca dirigían la educacion musical debían estar sordos o aquel día estaban en el fútbol. Años mas tarde Manel Borguñó seria recriminado por hablar mucho y demostrar poco. El director musical que le dijo estas pujoladas no debió escuchar a los de Graus, los de Igualada, los de Ausias March,.... o mas bien era que el sillón que Francisco Pujol ocupaba,... demasiado le gustaba. Tenia otros planes y Borguñó en ellos,... no entraba. Pero todos aquellos que asistieron y escucharon al Orfeón de Graus en el Palau, vieron y sintieron como sus pelos se erizaban por culpa de unos aragoneses que a toda una cuidad condal encandilaron, porque como los ángeles cantaron.
PAZ
Familia Borguñó
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